Los sellos elementales von Hawner ================================================================================ Kapitel 6: Conflictos internos ------------------------------ Ya era la quinta vez que tenía que esperar a los demás en lo que llevaban de noche. Vale que ella, la Reina del Shunpo, fuese inalcanzable en velocidad, pues una de sus especialidades era el uso repetido del Shunpo, pero los demás ya podían ponerse las pilas. Hace cien años, cuando era capitana del segundo escuadrón, el Shunpo era para ella como un simple paso más. De hecho, lo solía usar para molestar al pequeño Byakuya. Tal vez era esa la razón por la que él también se había entrenado tanto en el Shunpo y lo había dominado tan bien. Ahora, después de tanto tiempo con la forma de gato, se había atrofiado y hacer más de doscientos Shunpos ya la empezaba a cansar. Por suerte los últimos acontecimientos ocurridos en el Seireitei, la habían permitido volver a sacar a relucir su nombre y volvía a ir recuperando sus antiguas fuerzas. Pero la persona que esperaba junto a ella podría convertirse en su sucesora. Tal vez ahora estuviera respirando algo más ajetreadamente que la propia Yoruichi, pero Hana era joven. Muy joven, la verdad. A esa edad, Yoruichi aún no conocía correctamente las bases del Shunpo. Fue varios años más tarde cuando las comprendió y supo modificarlas ligeramente para poder llegar a donde estaba ahora. Pero la joven a su lado ya podía realizar nada más de doscientos seguidos. Si tan rápidamente había entendido las bases como ella en su momento, para cuando llegase a la edad en la que Yoruichi empezaba a hacerse su nombre la joven ya la habría superado. “Cuidado, Yoruichi. Está bien que admires como avanzan las nuevas generaciones, pero tampoco te creas tan vieja o te retirarás antes de lo previsto”. La morena se auto-reprendió. Tal vez la joven acabase superándola, pero Yoruichi, la Reina del Shunpo, era todavía bastante joven. Por supuesto era mucho más joven que el General Yamamoto, y a él aún le quedaba mucho fuego. Todavía no era tiempo de retirarse. “Veo que tus habilidades respaldan tus notas. Ciertamente tienes un buen Shunpo.” El halago de Yoruichi pilló desprevenida a Hana, que se quedó unos instantes pasmada sin saber que responder. ”Mu…Muchas gracias, Yoruichi-sama.” “No tienes que darme las gracias por decirte la verdad. Todo el mérito es tuyo. Ciertamente me sorprende que, a tu edad, sepas tanto.” Un visible rubor apareció en el rostro de Hana mientras desviaba ligeramente la mirada. “Te daré un consejo sobre el Shunpo.” Anunció de repente la morena, lo cual pillo de nuevo desprevenida a la joven. “Có…como? U…un consejo?” “Si. Ya te digo que el tuyo es muy bueno, pero te diré algo que te ayudará a mejorarlo.” Y sin más se acercó a la oreja de Hana y le empezó a susurrar algo. La joven, aunque aún sorprendida, prestó la máxima atención. No todos los días se reciben consejos de una celebridad como Yoruichi Shihouin. En unos segundos Yoruichi la había dicho su consejo y ella lo memorizaba. ”Muchas gracias, Yoruichi-sama.” La morena puso cara de aburrida. ”Oh, vamos! Deja ya lo de “sama”. Me hace parecer vieja y no lo soy. Y tampoco soy tu jefa ni nada por el estilo. Asi que simplemente llamame Yoruichi. También puedes llamarme por mi nombre, pero se es que algo difícil de pronunciar, así que tu misma.” “De acuerdo.” La cara de Hana se sonrojó. ”Yoruichi.” El rostro de la morena mostró una sonrisa, a la cual su joven compañera le respondió con una suya. “Vaya, por fin sonríes sinceramente. Aún no había visto tu sonrisa.” La joven de ojos verdes manifestó su desconcierto. ”Cómo? Qué quiere decir, Yoruichi?” “Antes de eso. Deja de tratarme con tanto respeto, no es necesario. Háblame de “tu”, por favor. Eres casi como Soi Fong: todo el día “sama” por aquí, “Usted” por allá. Había días que me sacaba de quicio. Incluso ahora que no soy su capitana hace lo mismo. Por suerte Kisuke es un poco más suelto en ése sentido.” La sonrisa de Hana se vio reemplazada por una risa que parecía tratar de ahogar con todas sus ganas, pero sin éxito. “Bien, esto es lo que quería. Antes se notaba que sonreías forzadamente, y eso no es bueno. Tienes que reír de verdad como ahora.” Aún lo ciertas que eran las palabras de Yoruichi, la joven dejó de reír rápidamente. ”Sinceramente, no tengo demasiadas razones para reír.” “Qué quieres decir con eso?” Hana sacudió la cabeza, como alejando pensamientos indeseados. ”No, nada. No se preo…No te preocupes.” Dijo sonriendo de nuevo, pero su interlocutora notó sin duda alguna que la sonrisa volvía a ser falsa. No intentaba engañar a los demás, sino ocultar algo que no quería que los demás supiesen. “Por qué mentiste sobre lo de tu liberación?” La acusación golpeó a Hana como un martillo. ”Cómo? Yo no he…” “Si, si has mentido. Esos datos son oficiales, escritos por los profesores e incluso por algún capitán que te haya visto realizar el examen o algún entrenamiento. Yo misma he escrito algunos. Es bastante improbable que los datos estén erróneos. Además…” Añadió mirando fijamente a Hana. ”Tus ojos no mienten.” La joven temblaba ligeramente. No quería que se supiese nada de ése tema. ”Le…suplico que no diga nada a los demás.” Yoruichi, que no había apartado su mirada de la joven, consideró la petición. ”Pídemelo de la manera correcta y cumpliré tu deseo. Al menos mientras no afecte al resto del grupo o a la misión.” Hana asintió conforme a las exigencias de Yoruichi. ”Por favor, Yoruichi. Podrías no decírselo a los demás?” La expresión de la reina del Shunpo se suavizó y esbozó una ligera sonrisa. “De acuerdo. No diré nada. Pero te aconsejo que no te lo guardes dentro de ti para siempre. Ahora somos compañeros, todos nosotros, y nos ayudamos mutuamente. Si no quieres contármelo a mi, hay alguien que de seguro te escuchará sin juzgarte y te ayudará en lo que pueda. Yo tampoco juzgo a la gente, ni muchos de los demás, pero aquel de quien hablo digamos que tiene una mente mucho más abierta que los demás. O más bien la tiene vacía y por eso escucha tan bien.” Hana desvió la mirada al horizonte, como queriendo huir en esa dirección, no riendo ante la broma de la morena. ”No se me puede ayudar.” Yoruichi suspiró. ”Igualmente, si tienes ganas de hablar, aquí estoy yo. Y si no quieres hablar conmigo, hazlo con Ichigo.” Y con un rápido movimiento, desapareció en la noche usando su legendario Shunpo, dejando a Hana sola con sus pensamientos unos instantes antes de que el resto del grupo se reuniese con ella. Hosted by Animexx e.V. (http://www.animexx.de)